De acuerdo con la Fundación Española del Corazón, el paro cardiaco súbito o parada cardiaca súbita es una de las principales causas de muerte en los España, ya que da cuenta de unos 24.500 fallecimientos por año.
Un paro cardíaco súbito es una alteración eléctrica en el corazón que le impide latir correctamente. Durante un paro cardIaco súbito, los ventrículos aletean en un fenómeno conocido como fibrilación ventricular, que les impide enviar sangre al cuerpo. El corazón reacciona agitándose, en lugar de latir de modo normal. La irrigación sanguínea al cerebro se reduce hasta el punto de que la persona pierde la conciencia y se colapsa. Si no se proporciona tratamiento de urgencia, usualmente la persona fallece.
Todo el mundo corre riesgo
El paro cardíaco súbito no tiene signos de advertencia asociados. Con frecuencia, afecta a las personas que han tenido episodios previos de paros cardíacos súbitos, ataques cardíacos o insuficiencia cardíaca, pero también puede ocurrirle a una persona sin antecedentes de problemas cardíacos.
El tratamiento incluye:
RCP, para mantener la sangre fluyendo por el cuerpo.
Desfibrilación, para restablecer el ritmo normal del corazón.
Cada minuto cuenta
La atención médica debe administrarse tan pronto como sea posible después del colapso de la víctima; con cada minuto de espera, la probabilidad de sobrevivencia disminuye un 10%. La víctima promedio de paro cardíaco súbito es de mediana edad o mayor de edad, aunque puede haber víctimas que tengan entre 30 y 50 años. Más del 70% de los paros cardíacos súbitos ocurren en el hogar, por lo cual los DEA o DESA domésticos tienen la posibilidad de salvar las vidas de los muchísimos seres queridos afectados por un paro cardíaco.